Sunday, October 12, 2008

ANTE EL PORTAL DE PAPEL


A mi pequeña lectora de mundo


Sé que comenzaste a leer el mundo desde la prodigiosa noche de tu llegada. Ávida de saber, sedienta de curiosidad, tu mirada rebosada de preguntas parecía haber encontrado intrincadas líneas en tu entorno donde leer historias maravillosas.

Leías aún sin conocer la correspondencia entre el sonido y el signo, con la infinita sapiencia del no saber, de la hoja en blanco, de quien no necesita de ojos para poder leer. Eras ese lector que todos fuimos o que hemos sido muchas veces, que algunos no dejaremos de ser jamás o que otros decidieron que no fuéramos. Lector sincero, entregado, desnudo, comprometido, impertinente, aquél que en su lectura reinventa y supera, y por quien cada palabra existe.

Pequeña lectora de miradas, locuaz intérprete de situaciones para tu escasa experiencia de vida, hoy aprendes –aprehendes- nuevas herramientas para leer el mundo y sobrepasarlo. Ha llegado la hora de abrir tus ojos a un mundo nuevo, maravilloso e inagotable. Mundo de amigos entrañables, de parajes espléndidos, de posibilidades infinitas.

Ansiosa, anticipas lo que se esconde detrás de los signos que empiezan a revelarse. Los misterios quedan al descubierto y sólo dan cabida a otros mayores. Te detienes ante el portal de papel y presientes lo que se avecina. Bienvenida, hija. Sujétate, el camino es largo e intrincado, pero prometo que no te defraudará.